En Carbonera: Laguna Saladillo se ha convertido en un conflicto social...

Esta laguna representa uno de los más importantes cuerpos de agua del Parque Nacional Montecristi, donde el Ministerio ha dispuesto medidas para su preservación.

Laguna Saladilla: de ambiental a un conflicto social.

Mientras agricultores consideran sus aguas son un recurso vital para crear riquezas, pescadores y ambientalistas dicen políticos ven fuente lograr votos.
Carbonera, Pepillo Salcedo.-Patos, gallaretas y garzas lideraban la competencia pacífica de las aves que se disputaban la abundante comida que propicia la laguna de Saladilla, un cuerpo de agua dulce que hasta hace poco tiempo exhibía una superficie de más de cinco kilómetros cuadrados, comprendidos entre Dajabón y Montecristi.

En medio de la lucha por la alimentación, mientras decenas comían gusanos, plantas acuáticas y otras especies, un inmigrante ‘Pato de la Florida’ trataba infructuosamente de liberarse de una de las trampas para peces colocadas por haitianos que cruzan ilegalmente la línea fronteriza que divide a República Dominicana y Haití; situación en que se mantuvo hasta el arribo de un guardaparques que lo salvó de una muerte segura.

El ambiente es acogedor, con el canto de aves y el movimiento del agua producto de la vida acuática, donde también la lucha por la sobrevivencia es permanente.

Conflicto social

Este escenario, que aloja una extraordinaria biodiversidad del Corredor Biológico en el Caribe, ha pasado de la amenaza ambiental a un conflicto social que en ocasiones ha podido degenerar en agresión física entre representantes de las partes con intereses encontrados.

Justo el Día de Año Nuevo, a unos 500 metros del lugar donde las aves y peces hacían de ese espacio de la naturaleza algo divino, se daba un contraste, esta vez entre seres racionales: productores agrícolas, de un lado, y del otro, ambientalistas y pescadores.

Los primeros ven en el cuerpo de agua la salvación para seguir produciendo arroz, y los segundos tienen en la lucha social el arma para salvar la laguna de la extinción.
Nadie explicó quién llevó la máquina excavadora que perforó alrededor de 50 metros de la ribera del río Masacre, que alimenta la laguna, a fin de llevar directamente el agua a una finca arrocera.

La noticia se regó como pólvora, y sin importar que fuera un día feriado, se presentaron pescadores, ambientalistas y productores agrícolas, quienes, con intereses encontrados, se enfrascaron en un enfrentamiento verbal que estuvo a punto en terminar en una lucha a machetes, palos, piedras y tiros.
Juan José Cordero y Chío Villalona, presidente y vicepresidente de la Asociación Ecológica de 

Dajabón, así como Daniel María Hernández Jáquez, de la Asociación de Pescadores de Carbonera, entre otros, alzaban sus voces en procura de la detención de los asentamientos agrícolas a fin de salvar a laguna Saladilla.

Fundamentan su posición en estudios realizados por la Sociedad Ecológica del Cibao y de la Sociedad Geológica Dominicana.

Mientras que el grupo de productores agrícolas, entre ellos Ramón Cordero, era enfático en defender la utilización de las aguas del Masacre y de la laguna para la producción, especialmente de arroz.

Todo comenzó a inicios de la década de 1980, cuando el Instituto Agrario Dominicano tomó la decisión de desviar el río Masacre en la comunidad de Saché, provincia Dajabón, a dos kilómetros de la laguna Saladilla, con la finalidad de fomentar nuevos asentamientos agrícolas.

No obstante, la alta sedimentación del río y el vertido directo ha venido provocando un paulatino relleno de la laguna debido a la acumulación de sedimentos.

En medio de la confrontación también aparece el sector político, que ve en el acuífero, a través de los asentamientos agrícolas, una fuente para conseguir votos en las elecciones.

La situación resulta compleja, en vista de que una amplia extensión de la misma ya forma parte de predios agrícolas, y la restante está amenazada por nuevas incursiones agrícolas y ganaderas, así como de pesca ilegal.
Medidas

En la visita al lugar que hizo a mediados del año pasado el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Bautista Rojas Gómez, ordenó una serie de acciones inmediatas para proteger esa área que exhibe una gran variedad de flora y fauna.

Entre las iniciativas están el derribamiento de muros, el cierre de canales y la prohibición de quema de plantas acuáticas y pastos, que se llevaban a cabo para habilitar terrenos que destinan al cultivo de arroz y otros rubros agrícolas.

Igual se dispuso el incremento de la vigilancia para evitar el corte de árboles a ser ser utilizados posteriormente en la elaboración de carbón vegetal, especialmente por haitianos.
El valor

La laguna de Saladilla representa uno de los más importante cuerpos de agua dulce del Parque Nacional Montecristi.

Forma parte del sistema fluvial de río Masacre y ocupa una superficie de 5.29 kilómetros cuadrados con una profundidad promedio de 1.8 metros.

La misma está bordeada por zonas pantanosas, con vegetación acuática como lechuguilla (Pistia stratiotes) y enea (Typha domingensis).

El Masacre sale de la laguna en su parte noroccidental, formando la frontera con Haití. Poco antes de verter sus aguas a la Bahía de Manzanillo, el río conecta con la laguna Yabacoa, un cuerpo de agua salobre, bordeado por manglares.

La laguna es rica en aves acuáticas, tanto residentes como migratorias, destacándose los patos, gallaretas y garzas.

Existe variedad de peces con importancia local, como lisa, róbalo, sábalo, tilapia y guabina.

Las aguas de la laguna suplen al acueducto de Pepillo Salcedo y se utilizan para riego agrícola.

Fuente; El Dia