Un tema de Interés: El Lambonismo Político o Social.

Lic. Santiago Cabas
Escribió Isaías Amaro que “El Lambón es un personaje que no puede faltar en ningún lado, donde quiera uno mire ahí siempre estará un lambon. El Lambón es así por naturaleza, ya que nace Lambon, se cría Lambon y muere Lambon. Esta conducta lambonil se hace notar desde los primeros años del Individuo, este desde pequeñito va a los cumpleaños de los vecinitos aunque no lo inviten, entra como si nada ve a los otros cambiaditos y arregladitos y este entre sin haberse bañado, en calizos y sin peinar, pero no le para a na, porque el asunto esta en que el LAMBON CARECE DE VERGUENZA.
El significado ETIMOLOGICO de la palabra “Lambón” (que dicho sea de paso, solo en Colombia y Republica Dominicana se usa, y significa lo mismo!!), es el que esta en todas, sabe hacer de todo, para todo se ofrece, siempre vive opinando de todo, (pero el que le brinda o con el que anda siempre tiene la razón!!).

“El lambon tiene el closet lleno de “panchos” (ropa regalada, que ya otro no quiere), también zapatos, y algunas veces le quedan grandes o apretados, pero se los pone como quiera…en todas las fotos mete la cabeza, y aparece fotografiado abrazando a los otros invitados en las fiestas como si fueran íntimos de hace mucho, y nadie lo conoce!!…es de los que mas CARO bebe, y de los que mas le exige a los mozos, y no da “un chele” de propina, tu lo ves que entra tres millones de veces al baño a chequearse el peinado, y también se pone del perfume del amigo (barbarazo!!)”…  
“Le pide al amigo un minuto del celular para beepear a una jeva que lo llame para atrás (porque NUNCA tiene minutos), cuando no se conecta a hablar también!!…es el primero que hace planes para salir a andar, ir a la playa, a la disco y a la hora de pagar la cuenta, es un master chequeando cuando viene el mozo, siempre tiene que ir a mear…etc., etc.…yo me he tenido que calar varios…pero nada….es un personaje pintoresco, y hay que aceptarlo…siempre y cuando la lamboneria no se le convierta en adulación, carajo, porque ahí ya es demasiado fuerte la vaina”...(termina la cita).
Es obvio que para hablar del Lambón existe la obligación de acudir a la definición mas peculiar, simpática y efectiva que señala el señor Amaro, razón ésta por la que antes de abordar el tema me he permitido hacer un recreo de los conceptos emitidos por el autor, pero en la República Dominicana esa conducta no solo tiene su inspiración en la peculiaridad del personaje, sino que también es un método utilizado por algunos ciudadanos de nuestro país para alcanzar algún nivel de ascenso en la escala social o política. Por ello vemos a muchos personajes rodeados de personas que les agencian virtudes ficticias, pero especialmente se encargan de promover a su jefe pretendiendo siempre que éste le favorezca con un empleo, un buen trato o le garantice algunas ventajas que contribuya a sus necesidades.
Sociológicamente tiene mucho que ver con la capacidad intelectual del lambón, pues es muy difícil que una persona medianamente culta incurra en algún acto de lambonismo, aunque existen marcadas personalidades que no les importa ese estadio espiritual, sino alcanzar su meta, por eso en ocasiones vemos intelectuales, académicos y políticos asumiendo ese papel frente a otro de menor condición, pero que ha alcanzado fama económica o fama pública, lo cual pone al lambón a sus pies y realizan toda lisonja posible con tal de que el lambido le sirva de solución a sus pretensiones.
Tuve acceso a algunas definiciones sobre el Lambón que da la gente en la página web, veamos algunas linduras: “Persona que adula a otra persona de mayor estatus económico”; "persona que todo lo que hagan los jefes se lo aplauden y siempre le andan atrás, a pesar de todos los boches que le dan"; “persona de malas costumbres que siempre quiere una porción de lo que otro está comiendo”.
Es interesante ver todo el contenido que diferentes personas dan al concepto de lambón para afianzar el criterio de que este personaje de la cultura mundial, que ha traspasado los límites de la historia y recorrido a toda la humanidad, desde la esclavitud hasta nuestros días.
El Lambón tiene su origen en la corriente esclavista, pues es el esclavo que necesita que su patrón, su jefe o su rey se sienta bien, que crea que es joven, hermoso y sabio.
Otras definiciones populares describe al lambón como: “Persona que recurre a adulonerías, halagos y servilismos para obtener sus propósitos”. “Se muestra siempre muy dependiente de los demás con tal de conseguir lo que persigue”. “Suele ser entrometido, inoportuno e indiscreto. Perturba y/o trastorna los relacionamientos personales de los que están a su alrededor. Es oportunista de bajo calibre”. “Es una mezcla entre hipocresía, cinismo, coquetería y falsas adulaciones para conseguir sus objetivos”.
A causa de que nuestra sociedad acusa serias dificultades en la espiral del desarrollo individual es casi natural ver a una persona dedicada al lambonismo para ascender en la escala social o política, muy a pesar de que el artículo 8 de nuestra constitución plantea como “Función esencial del Estado” la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos y todas. Se trata pues de una conducta individual derivada de la cultura que rodea la sociedad en su conjunto, pues no es propio de un segmento social, sino que se genera en todos los ambientes y medios sin importar la condición económica o política. Hay ricos adulones, profesionales adulones, clase media y pobres lambones, etc…, esa condición no tiene color, ni religión, es parte de la idiosincrasia humana, aunque es de mal gusto y genera mucha animadversión, pero especialmente hace descender a quien lo asume a los niveles de mas baja fama y su personalidad le marca como ente de poca confianza y de ninguna credibilidad. El lambonismo alimenta calumnias y odios, aunque genera aprecios, cariño y solidaridad de quien adula o lambe. Yo recomiendo no ser lambón porque es indigno, humillante y genera repulsa colectiva….
Por Santiago Caba